Coop57, Seira Impuls Cooperatiu y la Fundació La Dinamo acuerdan conceder un préstamo sindicado de 1 millón de euros a Som Energia, destinado a aumentar su capacidad de generación de energía renovable.
- La acción conjunta de las tres entidades financieras permite multiplicar la capacidad de inversión y, por tanto, también la capacidad de generación de Som Energia.
- Características del préstamo
- Importe: 1 millón de euros
- Coop57: 600 000 €
- Seira Impuls Cooperatiu: 240 000 €
- Fundació La Dinamo: 160 000 €
- Plazo de devolución: 10 años
- Importe: 1 millón de euros
- Las diferentes entidades trabajan desde la confianza, la ayuda mutua y la voluntad de crear una economía transformadora.
Hace tiempo que la economía social y solidaria está convencida de que la transición energética es un imperativo que permitirá avanzar hacia un modelo de generación, distribución, comercialización y utilización de la energía que desarrolle sociedades más justas, democráticas y sostenibles.
Con este deseo compartido, el 30 de junio de 2023, esta inversión se pondrá en marcha para reestructurar la deuda de Som Energia, pasando del corto al largo plazo, para que la cooperativa pueda seguir avanzando hacia un cambio de modelo energético 100% renovable, eficiente y en manos de los ciudadanos.
Som Energia aboga por la democratización del modelo energético. Cree que no se trata solo de generar y consumir energía renovable: un cambio real solo es posible si se empodera a los ciudadanos y se descentraliza el mercado energético.
Las tres entidades financieras, con la voluntad de apoyar iniciativas transformadoras, han llegado a un acuerdo para multiplicar su capacidad de financiación y asumir el riesgo conjuntamente. Se cumple así con el deseo de convertir los ahorros de la ciudadanía en créditos de alto impacto social y medioambiental.
Las recientes turbulencias en el mercado energético -con efectos aún vigentes- demuestran una vez más la creciente necesidad de la economía social y solidaria de establecer instrumentos que permitan escapar de las lógicas capitalistas más depredadoras y articular una soberanía colectiva, en este caso, tanto energética como financiera.
Por un lado, en materia energética, esto significa mejorar la capacidad de generación y avanzar hacia un modelo energético distribuido, renovable y democrático. Por otro, la soberanía financiera significa disponer de instrumentos financieros fuertes que aporten soluciones a las necesidades de la economía social y solidaria y que estén articulados y gestionados de forma solidaria y colectiva por la ciudadanía.