¿Cuándo empezasteis y con qué fin?
El proyecto se empezó a gestar en 2015 y se concretó en 2016. El principal objetivo de la cooperativa era recuperar el vino de nueces y, en un futuro que no creíamos tan cercano, poder tener nuestros puestos de trabajo y vivir del proyecto.
¿Cuántas personas forman parte del proyecto?
Somos 7 trabajadoras, 5 de las cuales somos socias.

¿Qué os diferencia de otras entidades/empresas como la vuestra?
No paramos quietas. Siempre estamos pensando en nuevos proyectos que tengan una repercusión positiva en el mundo rural. Queremos que la región esté viva y ofrezca oportunidades de crear un proyecto de vida digno a todas las personas que lo desean.
¿Cómo os veis en el futuro?
No es una pregunta fácil. Nos vemos consolidando nuevos proyectos que están naciendo e ir creciendo en número de socias.
¿Qué ayuda habéis recibido de Seira Impuls Cooperativo y a qué se destinó?
Un crédito participativo destinado a la mejora de los espacios de producción y la instalación de oficinas.
